domingo, 14 de marzo de 2010

¡Cual es el MIEDO más grande?...cuando uno se da cuenta que ....


Escuché un ruido, y sabía perfectamente que no habría nada de extraño ni sobrenatural en mi casa. Pero aquella noche estaba especialmente susceptible. Todo a causa del susto que me llevé antes de entrar a mi casa: un camión de basuras hizo tronar su bocina avisándome de mi descuido, el mismo que casi provoca mi atropello junto al contenedor. Una bocina que sonó demasiado alta había inquietado mis nervios, había crispado mi sensibilidad, había estimulado mi capacidad de alerta, al igual que la de fabular sin pretensión, sin sometimiento a la voluntad de no hacerlo. Entré al dormitorio y colgé el traje en la puerta del armario empotrado, entreabierta, vistiéndome luego con una bata de paño grueso. Quise tranquilizarme, necesitaba hacerlo, serenar mi espíritu inquieto y asustado; por ello me senté en el borde de la cama, donde me di cuenta de la inmenza cantidad de imágenes que se sucedían en mi imaginación disparatada: una mano que me tomase los tobillos por debajo de la cama, un susurro incomprensible junto a mi oído, alguien desconocido oculto en el armario, una puerta que se abre en otra parte de la casa, la luz de la lámpara que dejase de funcionar sin motivo… Tras encender todas las bombillas del dormitorio, conecté la radio de la mesilla de noche, pensando que la voz del locutor que amablemente describía un producto cualquiera me facilitaría la desconexión con las visiones que no quería tener. No me atrevía a salir de aquella habitación, olvidé mi creciente apetito y hasta mis deseos de sentir el agua de la ducha en mi cuerpo cansado. Pero la voz del locutor podía ocultar otros sonidos que me advirtiesen de la presencia de a saber qué alimañas que podían estar acompañándome, sentadas junto a mí en la misma cama, mirándome a la cara a tan sólo un palmo de mis narices, ahí presentes sin que fuese yo capaz de advertirlas, a unos centímetros de mi rostro preocupado por mis disparatadas imaginaciones. Desconecté la radio convencido de estar escuchando realmente una respiración agitada, inquieta, desesperada. Pese a que quise y hasta lo forcé, no pude reírme al ver que era la mia propia, mi respiración frenética y desquiciada. Mi carcajada sonó extraña, incomodada, absolutamente falsa en la soledad y el silencio del dormitorio. Me imaginé recorriendo la casa, registrándolo todo, buscando no sabía el qué, que de aparecer realmente de improviso me destrozaría de puro susto. Decidí respirar profundamente para calmarme, y mis dedos rozaron un saliente de la colcha que confundió con otros dedos engarrotados, o con la boca abierta de un espectro maloliente, o de un desagradable cadáver descompuesto que me mirada sin ojos vivos. No supe porqué ahora me asustada de lo que jamás había temido: monstruos del más allá, muertos que andaban, fantasmas que sabía no existían. Por eso me puse en pie, y pese al terrible escalofrío que atravesó mi nuca y recorrió impudoroso mi espalda advirtiéndome de mi decisión, salí al pasillo de la vivienda y llegué hasta el baño. Cerré la puerta tras de mí, y dediqué sabiamente unos minutos más, tensos y eternos, a tranquilizarme, sorprendido al observarme la expresión alarmada de mi rostro reflejada en el pulcro espejo. Y así se sucedían las cosas de verdad: mi imaginación despierta reflejaba hipotéticos mundos de terror en la superficie de un espejo mental, y ella observaba el material, y lo creía. Era por ello que debía obviar aquella situación sin sentido; quise salir del baño, y sucedió que me quedé estático ante la puerta, petrificado por un instante imperecedero al descubrir apagada la luz del dormitorio. No estaba seguro, pero tuve que afirmarme en la creencia de ser yo mimo el autor de la desconexión de la corriente eléctrica al salir del dormitorio. Respiré profundamente una vez más, y avancé por el estrecho pasillo amarillento, adentrándome en la oscuridad que progresivamente me iba digiriendo, hasta rozar el marco, ahora áspero, de la pulida puerta del dormitorio, donde venciendo visiones fantasmagóricas y alarmantemente desenfrenadas, deslicé mi mano derecha hacia el lugar del interruptor. La torpeza producida por la excitación me condujo a perderlo, a no hallarlo situado en el lugar habitual, un absurdo que se metamorfoseó inmediatamente en horror erizado, erosivo, explosivo: en la calle, el camión de basuras hizo gritar otra vez su pérfida bocina, cuyo sonido erupcionó exactamente como lo hizo el pavor en mi cuerpo espantado; flaquearon mis rodillas, y entonces se doblaron para precipitarme asustado al suelo. Si había sentido el hormigueo del miedo, la caricia helada del desasosiego rugiente, aún me quedaba descubrir el golpe inolvidable del terror presentado en mi esencia: sin duda, aun incluso reconociendo el tacto de la tela que sintí sobre mí, la imagen abrasiva que recreó mi mente fue el atropello mortal que nunca se produciría al entrar en mi casa, y así sintí el deslumbrante golpe contra la carrocería del vehículo, vi el destello de un poderoso faro delantero y hasta olí la goma del neumático desprendida de la forzada frenada, todo cuando el traje que colgara en la puerta del armario se desprendió sobre mí.

Entonces me dí cuenta que EL MIEDO mas grande es cuando te das cuanta de que estás muerto....
*

13 comentarios:

MORGANA dijo...

Ainssss..Miedoso..vaya relatito..de los que me gustan..Debe ser horrible no saber que estás muerto.
Como en la película "El sexto sentido".
Ufff,quita ,quita por si acaso me miraré en el espajo y espero verme reflejada...besazos mi lobo..pronto luna llena¿verdad?
Morgana

Deray dijo...

Miedoso los pelos como escarpias me has puesto con tu relato hoy, que "yuyu" chiquillo. Como me engancho es tus historias, me encantan. Un beso grande y mucho cariño

AMOR dijo...

MY LOVE!!!!!!!!!!!, eres el muerto mas vivo que conozco, pero si eres un espectro vente para casa que te se como te puedo resucitar, jjjjjjjjjj
Me ha encantado tu relato mi amor, pero es que de ti me gusta todo.
Besazos MY LOVE!!!!!!!!

Yemaya dijo...

A mí lo que me da más miedo, es sentirme muerta en vida, eso para mí es lo peor.
Besos y susurros entrelazados

DEMOFILA dijo...

¡Vaya manera de comenzar la seman!.
Hay que darse cuenta de los sustos que nos pegas, esta noche antes de acostarme, voy a registrar toda la casa a ver si estás detrás, porque me tienes asustada, con su historías, que cada vez con más terroríficas.
El final de la historia es genial, me ha encantado, como siempre has estado genial en esta entrada.
Gracías por tu bonito comentario, me ha encantado lo que me dices en él, creo que tú también tienes alma de poeta.
Un beso truculento para mi amigo el miedoso.

Lucero dijo...

Que miedo no saberlo, vaya relato miedoooo que tengas un hermosa semana besos y abrazos para vos.

Arwen dijo...

ufffff que manera de sentir miedo pobrecito...y el final me ha gustado mucho...eres un crack cielo, un abrazo y cuidado con el camión de la basura jejejej....

Alma Mateos Taborda dijo...

Impactante relato, con secuencias im`pecables, un gran final y mucho talento. Un placer leerte! Un abrazo

㋛۞¤ ๋•♣♠El miedoso♠♣ ๋•¤۞㋛ dijo...

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(Ó_Ó)
MORGANA:
muy acertada apreciacion mi loba¡¡¡
una gran peli sexto sentido¡¡¡
un abrazo¡¡¡¡

㋛۞¤ ๋•♣♠El miedoso♠♣ ๋•¤۞㋛ dijo...

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(Ó_Ó)
LUCIERNAGA:
Gracias amiga¡¡¡
un abrazo¡¡¡¡

AMOR:
jajaja siempre tan ocurrente MY LOVE, ahi voy jajaja

㋛۞¤ ๋•♣♠El miedoso♠♣ ๋•¤۞㋛ dijo...

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(Ó_Ó)
YEMAYA:
una gran verdad en tu comentario aveces estamos vivos muertos¡¡¡
un abrazo¡¡¡¡

DEMOFILA:
Gracias por veni a mi cuevita¡¡¡
un beso¡¡¡¡¡

㋛۞¤ ๋•♣♠El miedoso♠♣ ๋•¤۞㋛ dijo...

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(Ó_Ó)
LUCERO:
Gracias, eres un encanto de luz¡¡¡
un abrazo¡¡¡¡

ARWEN:
Gracias mi elfa¡¡¡
un beso¡¡¡¡

㋛۞¤ ๋•♣♠El miedoso♠♣ ๋•¤۞㋛ dijo...

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(Ó_Ó)
ALMA:
Gracias por tus palabras¡¡¡
pasaré a conocerte¡¡¡
un abrazo¡¡¡¡

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